La vigencia de Carl Gustav Jung

Por Marcelo Enrique Zabala Justiniano

Cuando se habla de Carl Gustav Jung en nuestro medio, muchos lo recuerdan como un discípulo de Freud, el padre de psicoanálisis y en razón de eso, pasa desapercibido su legado a la ciencia de psicología. Otros lo reconocen como el autor de la teoría de la personalidad del introvertido y el extrovertido, permaneciendo este autor y su obra en la oscuridad, inclusive aún en los claustros universitarios. Son cuarenta y cinco años de su fallecimiento los que se han cumplido, razón sobrada para hablar de este contribuidor al conocimiento psicológico para muchos y maestro espiritual para quienes se han atrevido a conocer y estudiar su Psicología Analítica, considerada como una psicología profunda.
Vida y obra.
Carl Gustav Jung nació el 26 de julio 1875 en Kesswil, Cantón de Turgovia, Suiza y falleció el 6 de junio 1961 en Küsnacht, Cantón de Zúrich. De niño fue introvertido y muy solitario. Aunque la relación con sus progenitores era próxima y afectuosa, tempranamente sentiría cierta decepción por el modo en que su padre abordaba el tema de la fe, a la que consideraba precaria. Durante su adolescencia y juventud fue un lector entusiasta, especialmente cautivado por la obra literaria de Goethe. También era profundo su interés por los ensayos de filósofos como von Hartmann y Nietzsche. En su autobiografía, describe el acercamiento a la obra de este último Así habló Zaratustra como una experiencia conmocionante, sólo comparable a la inspirada por el Fausto de Goethe.
Jung anhelaba estudiar arqueología en la universidad, pero su familia carecía de recursos para enviarlo más lejos de Basilea, donde no dictaban esa carrera, por lo que (contra los deseos de su entorno) decidió estudiar medicina en la Universidad de Basilea, entre 1894 y 1900.
Hacia el final de sus estudios, sus lecturas de Krafft-Ebing lo persuadieron de especializarse en medicina psiquiátrica. En el año 1900, asistió a las clases de Pierre Janet en París. En 1902, colaboró con Eugen Bleuler: tanto Janet como Bleuler fueron pioneros en esta disciplina. Más tarde, trabajó en el Burgholzi, un hospital psiquiátrico en Zúrich.
En 1903, Jung se había casado con Emma Rauschenbach, con quien tendría cinco hijos. El matrimonio perduró hasta la muerte de su esposa en 1955. Ya en 1905 es designado profesor de psiquiatría en la Universidad de Zúrich, y publica dos volúmenes dedicados al estudio de las asociaciones. En 1906, redactó y dio a conocer su obra Sobre la Psicología de la Dementia Praecox (en referencia a lo que luego se conocería como esquizofrenia), y envió una copia de su libro a Freud, a lo que siguió una intensa pero conflictiva amistad entre ambos.
Su relación con Sigmund Freud se consolida en 1907. En 1908, Jung participó del primer Congreso de psicoanálisis, realizado en Salzburgo, donde es nombrado director de la publicación Anuario Internacional de Investigación Psicológica y Psicoterapéutica (Jahrbuch für psychoanalytische und psychopathologische Forschungen). Al año siguiente, acompañó a Freud y a Ferenczi en su viaje a los Estados Unidos, donde dictó conferencias en la Universidad de Clark en Worcester, Massachusetts, y recibió un doctorado honoris causa. Fue por esos días cuando Freud nombró a Jung su «sucesor y príncipe heredero».
En el Congreso de Núremberg (1910), Jung es elegido presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional (API). Al año siguiente, aparecieron los primeros síntomas de disensión, la polémica Freud-Jung se centró en la intención de este último por entender la libido de manera desexualizada, concebirla como energía psíquica, verdadera causa del rompimiento intelectual entre estos dos pensadores. Hacia 1912, en el curso de varias conferencias en Nueva York, después de que Jung publicara Transformaciones y Símbolos de la Líbido la divergencia teórica había alcanzado niveles intolerables. Pronto estarían enfrentándose. En noviembre de ese año, se produjo el último encuentro personal entre ambos psicoanalistas. En el Congreso de Múnich (1913) las diferencias se hicieron de conocimiento público. Jung renunció a seguir dirigiendo el Anuario, mientras escribía Teoría del Psicoanálisis.
En 1914, el psiquiatra suizo dimitió de su cargo en la API y organizó, junto con A. Maeder, las bases de la llamada escuela de Zúrich. Luego del episodio de ruptura, Jung experimentó un período de turbulencia emocional, exacerbado por las noticias emergentes de la Gran Guerra (Primera Guerra Mundial), que tuvieron sobre él un efecto devastador, aún cuando radicara en la Suiza neutral. Henri Ellenberger calificó la experiencia de Jung como una “enfermedad creativa” y la comparó con el mismo período para Freud, al que definió en términos de neurastenia e histeria.
En 1916 escribe la obra Siete Sermones a los Muertos. En el curso de la primera posguerra, Jung se convirtió en un viajero del mundo, recorrió el norte de África. Visitó Nuevo México, donde tomó contacto con grupos nativos (en particular, los indios pueblo), y convivió con ellos procurando conocer de cerca su cultura. Poco después, partiría hacia Kenia y Uganda. Fue en esa etapa cuando Jung escribió una de sus obras fundamentales, y probablemente la más conocida entre todas las suyas: Tipos Psicológicos (1921), en la que desarrolló extensivamente su teoría de la personalidad. En 1928 colabora con Richard Wilhelm en un texto de alquimia taoista: El secreto de la Flor de Oro, y escribe el libro: Problemas psíquicos del mundo actual.
En 1930, Jung fue nombrado presidente honorario de la Asociación Alemana de Psicoterapia y, en 1933, profesor de psicología médica en la Universidad Politécnica Federal de Zúrich. Tras el ascenso de Hitler al poder, ese mismo año, la mencionada asociación, a la que habían adherido diversos psicoterapeutas judíos, fue disuelta y absorbida por otra más grande, de alcance internacional, con Jung presidente: la Sociedad Médica de Psicoterapia.
El hecho de que Jung aceptase ser presidente honorario de la Sociedad Médica de Psicoterapia y director de la Revista de Psicoterapia (Zentralblatt fur Psychotherapie), ambas presuntamente nazis, ha sido utilizado como argumento de atribuírsele inclinaciones pronazis y antisemitas.

En 1937, dictó la Cátedra Terry en la Universidad de Harvard, presentando su trabajo Psicología y Religión. Fue por 1938 cuando visitó India, guiado por la convicción de que debía prestar más atención a la espiritualidad de Occidente a la que califica de “extroversión” religiosa, que es una manifestación de su temperamento psicológico. En 1939 escribe un comentario psicológico sobre El libro tibetano de la gran liberación y un prólogo para el libro de Suzuki Budismo Zen. Sus trabajos tardíos: Respuesta a Job, Sincronicidad (con Wolfgang Pauli), Misterium coniunctionis, Recuerdos, sueños y pensamientos (obra autobiográfica), El hombre y sus símbolos, entre algunas, muestran efectivamente un profundo interés en la tradición oculta de este Hemisferio y en el Cristianismoesotérico, el gnosticismo y, especialmente, en la alquimia. Luego, estallaría la segunda guerra mundial.
Jung continuó publicando libros hasta el final de su vida, incluyendo un trabajo que muestra su interés en losOVNIs como fenómeno psicológico de masas. Carl Gustav Jung moriría tras una corta enfermedad, a los 86 años de edad.
Sus obras, no son de fácil lectura. Muchas de ellas tienen más pie de página, aclaraciones y citas que texto, ya que Jung debía dar cuenta a sus colegas científicos, de las razones y argumentos con los que fundamentaba sus intuiciones y exploraciones, sean estas religiosas, mitológicas, textos sagrados, civilizaciones perdidas, religiones comparadas, etc. Sus conferencias y charlas en cambio, tienden a ser más coloquiales.
Científico del Espíritu
¿Por qué considerar que de Jung tiene vigencia? Porque mucha gente, cada vez más y en estos últimos tiempos, se interesa por la obra de Jung, por diferentes razones e inquietudes. Algunos por la frecuencia con que se lo cita en disciplinas vinculadas a las búsquedas espirituales, otros porque entienden que fue uno de los pocos psicólogos que pudo hablar de Dios, postulando su existencia como realidad comprobada. Él podía abarcar las experiencias que mucha gente tiene de lo divino en un marco teórico coherente, sin entrar en contradicción con su metodología científica ni negar la realidad última de Dios, por consiguiente se le puede considerar a Jung como un Científico del Espíritu.
Otros se acercan a Jung porque sus formulaciones no sólo son un complejo mundo de teorías, ni formas de abordaje terapéutico, sino como cosmovisión, ya su manera de ver el mundo nos permite integrar distintas búsquedas alrededor de una matriz de ideas comunes donde se unen disciplinas psicológicas, religiosas, científicas y artísticas, con coherencia metodológica, disciplina y claridad de conceptos, nunca ajenos a una realidad posible de experiencia.
Arquetipos, inconsciente colectivo y proceso de individuación.
Carl Jung no fue el primero en dedicarse al estudio de la actividad onírica. No obstante, sus contribuciones al análisis de los sueños fueron extensivas e influyentes. En estos grandes sueños, a decir de Jung, nos acompañan los arquetipos (saber acumulado de toda la especie desde sus comienzos) y nos dan claves para atravesar de la mejor manera esas situaciones. Sueños “grandes”, en donde posiblemente Dios nos habla en voz baja, para decirnos cosas importantes de nosotros mismos. En tanto las pesadillas serían directamente proporcionales a nuestra negación a lo que no queremos, o no nos atrevemos a ver, siendo sueños que intentan volver a colocarnos en nuestro centro, del cual nos hemos apartado y que el sueño procura que volvamos a encontrar. Ese centro es El SÍ Mismo , nuestra verdadera esencia. Junto a este arquetipo, tenemos a los arquetipos del Ánima (alma femenina del varón) y del Animus (alma masculina de la mujer) , El Héroe , La Sombra , entre los principales, que yacen en elInconsciente Colectivo . Y todo es revelado a través del proceso de individuación .
La Psicología Analítica de Carl G. Jung es una invitación al autoconocimiento, piedra fundamental de la sabiduría. Culmino esta exposición de manera no convencional, por medio de un poema, que me inspiró la lectura de una obra de Jung, de modo que lo que no pudiera asimilarse por vía intelectual, se lo haga por la vía del arte.
Todo está en nuestro mundo interior
Todo está en nuestro mundo interior
lo que es inferior y lo que es superior,
dentro nuestro está el Universo que nos rodea
y es ciego quien esto así no lo vea.

El Cielo, el Infierno
están en nuestro mundo interno,
de demonios y dioses
–nuestro mundo interno- guarida es.

El Macro-cosmos con sus astros habidos y por haber
en nuestros mundos interno deben caber
y si en nuestro interior al Universo cargamos
a seres inteligentes también cobijamos.

Los males que desde dentro hacia fuera son proyectados
por eso hasta hoy no han sido erradicados,
lo que tienen los otros
también lo tenemos nosotros.

Todo está en nuestro mundo interno,
lo perecedero y lo eterno,
este mundo interno hay que explorar
para poder la verdad encontrar.
Con nuestro Arquetipos debemos conectarnos
para que lo que hoy es “misterio” pueda revelarnos,
siendo de nuestro mundo interior oceanautas,

siendo de nuestro mundo interior cosmonautas.

Fenómeno en que un evento del mundo externo coincide significativamente con un estado mental psicológico. Jung asoció las experiencias sincronísticas con la relatividad del tiempo y el espacio y con un grado de inconsciencia. La astrología es otro ejemplo de sincronicidad. Esta ciencia es sincrónoica al humor y a la disposición psíquica del niño recién nacido, ya que determinadas configuraciones planetarias coinciden con el nacimiento de personas con estados definidos de humor y disposición psíquica de sus semejantes.

Arquetipo de la totalidad y centro regulador de la psique, poder transpersonal que trasciende al ego. También se podría llamar el “Dios dentro de nosotros”

En el hombre existe un imago no sólo de la madre sino de la hija, la hermana, la amada, la diosa celestial, y la diosa infernal. El ánima se personifica en los sueños a través de imágenes de mujeres que van desde seductoras hasta guías espirituales. El desarrollo del ánima de un hombre se refleja en cómo se relaciona con las mujeres. Jung distinguió cuatro etapas esenciales del ánima. Las personificó como Eva, Helena, María y Sofía. En la persona intelectual, el ánima será sentimental.

Significa mente o espíritu. Corresponde al Logos paterno. Mientras el ánima en el hombre funciona como su alma, el ánimus de la mujer se parece más a una mente inconsciente. Se convierte en un factor psicológico útil cuando una mujer puede ver las ideas generadas por este complejo autónomo y lo que ella realmente piensa. Jung describió cuatro etapas del desarrollo del ánimus de la mujer. Primera, aparece en sueños y fantasías como la encarnación del poder físico, un atleta o un matón. Segunda etapa le brinda iniciativa y capacidad para acciones planificadas, está detrás del deseo de independencia de una mujer. Tercera etapa, es la “palabra”, personificada oníricamente como un profesor o un sacerdote. En la cuarta es la encarnación del significado espiritual.

Motivo arquetípico basado en la superación de obstáculos y en logro de ciertas metas. Simboliza el sí mismo inconsciente, como la suma total de los arquetipos, incluyendo el del padre y el viejo sabio.

Aspectos ocultos o inconscientes de uno mismo, tanto positivos o negativos, que el ego ha reprimido o nunca ha reconocido. Se compone de deseos reprimidos e impulsos incivilizados, motivaciones moralmente inferiores, fantasías y resentimientos infantiles, etc. Que se perciben en los demás por proyección.

Capa estructural de la psique humana que contiene elementos heredados, la herencia espiritual de la humanidad, difiere del inconsciente personal, del cual, mientras mejor percibamos sus contenidos, mayor será la revelación de imágenes y motivos del inconsciente colectivo.

Cuyo objetivo es despojar al Sí Mismo de los falsos atuendos de la persona por una parte, y del poder sugerente de las imágenes por otra.