Los siete principios del Kibalión

No existe fragmento de las enseñanzas ocultas poseídas por el mundo que haya sido tan cuidadosamente guardado como las enseñanzas herméticas.
A pesar de ello, han llegado hasta nosotros a lo largo de las decenas de centurias que han transcurrido desde la vida de su fundador, Hermes Trimegistro, el “Escriba de los Dioses” que residió en el Antiguo Egipto, en los días en que la raza presente de los hombres estaba en su infancia.
Contemporáneo de Abraham, y, si las leyendas son ciertas, Instructor de ese venerable sabio, Hermes Trimegistro fue y es el gran Sol central de la Sabiduría Oculta, cuyos rayos iluminan las innumerables enseñanzas que han sido divulgadas desde su tiempo.
Todas las enseñanzas fundamentales y básicas contenidas en las doctrinas esotéricas de toda raza pueden ser atribuidas a Hermes Trimegistro. Incluso las más antiguas enseñanzas de la India tienen indudablemente sus raíces en las enseñanzas herméticas originales.
Es indudable la influencia de las enseñanzas herméticas en toda religión conocida por el hombre, ya sea una forma muerta o en completo vigor en nuestro tiempo.
La obra de Hermes Trimegistro parece haberse orientado en el sentido de plantar la gran semilla de la Verdad que ha crecido y florecido en santísimas formas, más que en establecer una Escuela de Filosofía que dominara el pensamiento del mundo.
Así, las verdades originales enseñadas por Él han sido conservadas intactas en su pureza original por unos pocos hombres en dad edad, que rehusando tener un gran número de seguidores, prefirieron reservarla para los pocos que estaban preparados para comprenderla.
De labio a oído, la verdad ha sido trasmitida entre los pocos. Siempre ha habido Iniciados que en diversas partes del mundo mantuvieron viva la llama sagrada del Conocimiento Hermético, y ellos han trasmitido la Verdad generación tras generación.
Estos hombres dedicaron sus vidas a una labor de Amor que el poeta ha descrito en sus versos.
“¡Oh, no dejes que se extinga la llama!
Protegida edad tras edad en su oscura caverna
En sus santos templos cuidada.
Alimentada por sacerdotes puros de Amor,
¡No dejes que se extienda la llama!

Estos hombres nunca han buscado la aprobación popular, ni una multitud de seguidores. Son indiferentes a estas cosas, pues saben cuán pocos hay preparados para la Verdad, y que la reconocerían si les fuera presentada.
No obstante, fieles a las enseñanzas originales, participan de aquella que dice: “Dónde caen las pisadas del Maestro, los oídos de aquellos listos para su enseñanza se abren de par en par”. Pero también su actitud ha estado estrictamente de acuerdo con el otro aforismo hermético que dice: “Los labios de la Sabiduría están cerrados, excepto para los oídos del entendimiento”.

FILOSOFÍA HERMÉTICA

Del antiguo Egipto partieron las enseñanzas esotéricas que han marcado las filosofías de todos los tiempos.
Egipto fue la cuna de la Sabiduría Esotérica. India, Persia, China, Grecia y Roma participaron del conocimiento que los Hierofantes y los Maestros de la Tierra de Isis habían atesorado. Allí estaba localizada la Gran Logia de los Místicos.
A las puertas de sus Templos entraban los neófitos, quienes posteriormente, como Hierofantes, Adeptos y Maestros, viajaban a los cuatro rincones de la Sabiduría Divina.
Entre los Grandes Maestros existió una vez uno a quien todos aclamaban como el “Maestro de Maestros”. Vivió en Egipto en los primerísimos días. Fue conocido como Hermes Trimegistro, el padre de la Sabiduría Oculta, el fundador de la Astrología, el descubridor de la Alquimia.
Los detalles de su vida se han perdido para siempre.
Se dice que a su muerte (según la tradición vivió 300 años) los egipcios le deificaron bajo el nombre de Thot.
Posteriormente fue asimilado a Mitología griega y romana.
Los egipcios reverenciaron su memoria por muchos siglos llamándole “Escriba de los Dioses” y tambiénTrimegistus, que significa “el tres veces grande”.
El término “hermético” que hoy usamos en el sentido de “secreto”, “sellado de manera que nada pueda escaparse relaciona con el principio del secreto en las enseñanzas que observaron con rigor los seguidores de Hermes Trimegistro.
Las enseñanzas herméticas han de encontrarse en todas partes, pero nunca identificadas con alguna nación o sector en particular. Y ello en razón de la advertencia de los antiguos Instructores contra permitir que la Doctrina Secreta se cristalizase en un credo. La sabiduría de esta amonestación es evidente. El antiguo ocultismo de India y Persia degeneró y fue debido a que los Instructores se volvieron sacerdotes y mezclaron así la Teología con la filosofía siendo el resultado que el Esoterismo de India y Persia se ha perdido gradualmente entre la masa de superstición religiosa, cultos, credos y “dioses”.
Igual sucedió con las enseñanzas herméticas de los gnósticos y los cristianos primitivos, que se perdieron en el tiempo de Constantino, cuya mano de hierro asfixió la Filosofía con el manto de la Teología, perdiendo para la Iglesia Cristiana lo que era su misma esencia y haciéndola buscar a ciegas a lo largo de varios siglos, antes de que encontrase el camino de vuelta a su antigua fe.
En los primeros días hubo una compilación de ciertas doctrinas herméticas básicas, transmitidas de Maestro a discípulo, que fue conocida como “El Kybalion”, habiendo sido perdido por varios siglos el significado y la importancia exactos del término.
Era una colección de máximas, axiomas y preceptos. Estas enseñanzas constituían realmente los principios básicos del “Arte de la Alquimia Hermética”, la transmutación de nuestras energías inferiores en actos de Voluntad, Amor e Inteligencia.

I. EL PRINCIPIO MENTAL
“El todo es mente; el Universo es mental”
Este principio explica que el todo, que es el Principio substancial que subyace a toda manifestación externa y que conocemos como Universo manifestado, es Espíritu, y que en sí mismo es incognoscible e indefinible, pero puede ser concebido como una mente universal.
Explica también que el Universo fenomenal es simplemente una creación mental del Todo, y que como conjunto o en cada una de sus partes fundamenta su existencia en la mente del todo.

II. EL PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA
“Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba”
Este principio explica que existe una correspondencia entre todos los planos de manifestación.
Dicen los hermetistas que la comprensión de este principio nos permite solucionar muchas oscuras paradojas.
Este principio es de aplicación en todos los planos del Universo material, mental y espiritual.
Es una Ley Universal.
Igual que el conocimiento de los principios de la Geometría capacita al hombre para medir soles distantes y sus movimientos, así el conocimiento del principio de correspondencia capacita al hombre para razonar inteligentemente e incursionar en los secretos de la Naturaleza.

III. EL PRINCIPIO DE VIBRACIÓN
“Nada descansa; todo se mueve; todo vibra”.
“Todo está en movimiento”, “todo vibra”, “nada está en reposo”.
Este principio ha sido corroborado por la ciencia moderna y sin embargo fue enunciado hace miles de años por los Maestros del Antiguo Egipto. Explica que las diferencias entre manifestaciones diferentes de materia, energía, mente, e incluso espíritu, resultan de frecuencias de vibración variable.
Desde el TODO, que es Espíritu puro, bajando hasta la forma más grosera de materia, todo está en vibración (cuanto más alta la vibración, más alta la posición en la escala).
La vibración del Espíritu es de una intensidad y rapidez infinitas, tal que está prácticamente en reposo (igual que la rueda moviéndose rápidamente parece inmóvil). Y en el otro extremo de la escala, hay formas groseras de materia cuyas vibraciones son tan bajas como para parecer en reposo.
Entre estos dos polos hay millones y millones de grados de vibración.
Desde el átomo, hasta los mundos y Universos, todo está en vibración.

IV. EL PRINCIPIO DE POLARIDAD
“Todo es dual, todo tiene polos, todo tiene su par de opuestos; semejantes y desemejante son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se encuentran; todas las verdades no son sino medias verdades; todas las paradojas pueden ser reconciliadas”.
Este principio explica las viejas paradojas que han sido establecidas como sigue: “Tesis y antítesis son idénticas en naturaleza, pero diferentes en grado”; “los pares de opuestos pueden ser reconciliados”. “los opuestos son lo mismo difiriendo solo en grado”; “los extremos se tocan”, etc.
Explica que en todo hay dos polos o aspectos opuestos. Y que los opuestos son realmente la misma cosa. Tomemos por ejemplo el “calor” y el “frío”.
Los dos términos calor y frío indican simplemente grados variables de la misma cosa. Y esa misma cosa que se manifiesta como “calor” y “frío” es simplemente una forma, una variedad, una frecuencia de vibración.
Lo mismo sucede con la “luz” y la “oscuridad”, consistiendo la diferencia en grados variables entre los polos del fenómeno. Bien y mal también son dos polos de la misma cuestión.
El hermetista conoce el arte de transmutar el Mal en Bien, por medio de la aplicación del principio de Polaridad.

V. EL PRINCIPIO DEL RITMO
“todo fluye, fuera y dentro; todo tiene sus mareas; todas las cosas suben y bajan; la oscilación del péndulo se manifiesta en todo; la medida de la oscilación hacia la derecha es la medida de la oscilación hacia la izquierda; el ritmo compensa”

Este principio explica que en todas las cosas hay un flujo y un reflujo, un vaivén hacia atrás y hacia delante, una crecida y una mengua entre los polos que existen de acuerdo con el principio de polaridad.
Así sucede en los asuntos del Universo, los soles, los mundos, los hombres, los animales, la mente, la energía y la materia.
Esta Ley está manifestada en al creación y destrucción de mundos, en la elevación y caída de naciones, en la vida de todas las cosas y finalmente en los estados mentales del hombre.
Los hermetistas conocen la importancia de este principio en su aplicación mental y han conseguido hasta cierto grado superar sus efectos sobre ellos mismos.
Cualquier individuo que haya alcanzado un cierto grado de autodominio neutraliza la oscilación violenta de manera más o menos inconsciente. Pero el verdadero hermetista lo hace por el uso de su voluntad, alcanzando un alto grado de estabilidad mental.

VI. EL PRINCIPIO DE CAUSA Y EFECTO
“Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley; casualidad no es sino un nombre para la ley no conocida; hay muchos planos de causación, pero nada se escapa a la Ley”
Este principio explica que hay una causa para todo efecto y un efecto a partir de toda causa.
Afirman que todo sucede de acuerdo con la Ley y que nada “simplemente sucede”. No existe la casualidad.
Así, la Vida se comprende como la concatenación de causas y efectos.
Este principio fue el tema central de las Filosofías tibetana y budista.
Para el hermetista el conocimiento profundo de este principio le permite en cierto grado el dominio de sí mismo y de su entorno, pero siempre obediente a la Ley.

VII: EL PRINCIPIO DEL GÉNERO

“El género está en todo; todo tiene sus principios masculino y femenino; el género se manifiesta en todos los planos”
Afirma que en todo lo manifestado existen los principios masculino y femenino. Ello es fácilmente apreciable en el mundo objetivo. Desde el plano físico hasta el espiritual. El principio del género trabaja siempre en el sentido de la generación, la regeneración y la creación.
Lo masculino lleva en sí el principio gráficamente este principio a través del símbolo Yin-Yang.

Los Siete Principios del Kybalion son la llave de oro de la Sabiduría de todos los tiempos.
Un breve análisis podría ser suficiente, pues la verdadera comprensión de estos principios no deviene de elocuentes explicaciones, sino de la fijación y observación de la los mismos en la Naturaleza y en nosotros.
Ello nos dará acceso a una participación más consciente en el mundo, y a edificar de manera segura un Mundo Nuevo y Mejor.