!Oh, tú que sufres!. ¿Sabes que sufres a causa de ti mismo?. Ningún otro te obliga.
¿Saben lo que es más duro que los reveses de la fortuna? La cruenta ingratitud del hombre.
¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás?.
A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada.
A veces hay que retroceder dos pasos para avanzar uno.
Al contacto del amor todo el mundo se vuelve poeta.
Algún dinero evita preocupaciones; mucho, las atrae.
Amar a la vida a través del trabajo es intimar con el más recóndito secreto de la vida.
Ante Dios, todos somos igualmente sabios e igualmente tontos.
Ante el sentimiento del Deber enmudecen las mas rebeldes pasiones.
Antes de pensar en la injuria que hemos recibido, hay que dejar pasar cuando menos una noche.
Anunciad con cien lenguas el mensaje agradable; pero dejad que las malas noticias se revelen por sí solas.
Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no te consideres obligado a llevársela.
Bueno es dar cuando nos piden; pero mejor es dar sin que nos pidan, como buenos entendedores.
Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.
Cada día sabemos más y entendemos menos.
Cobarde es aquel que sabiendo que una cosa es correcta, no la hace.
Cometer un error y no corregirlo es cometer dos errores.
Como el camino terreno está sembrado de espinas, Dios ha dado al hombre tres dones: la sonrisa, el sueño y la esperanza.
Con audacia se puede intentar todo; mas no se puede conseguir todo.
Confiad en vuestros sueños, porque en ellos está escondido el camino a la eternidad.
Considero más valiente a aquel que vence sus deseos antes que al que conquista a sus enemigos, porque la mayor victoria es sobre uno mismo.
Cualquiera que no tome seriamente la verdad en temas pequeños no puede ser confiado con temas mayores.
Cuando la tristeza funde a dos corazones, ni la gloria ni la felicidad será capaz de destruir esa unión.
Cuando más hacemos, más podemos hacer; cuando estamos más ocupados es cuando tenemos más tiempo para divertirnos.
No hay peor crimen que matar un sueño, ni mayor virtud que realizarlo.
Nunca hagas apuestas. Si sabes que has de ganar al otro, eres un tramposo… y si no lo sabes, eres un tonto.
El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.
Una cabeza sin memoria es como una fortaleza sin guarnición.
Para desembarcar en la isla de la sabiduría hay que navegar en un océano de aflicciones.