Walkirias

Introducción

Durante los últimos milenios se ha considerado a la mujer como un ser indefenso al que hay que cuidar por su natural fragilidad. Si bien es cierto que la mujer en comparación del hombre tiene una naturaleza “distinta” y debe tener como cualidad la dulzura, la amabilidad, la delicadeza, etc. esto no la priva de, en situaciones adversas, tener que demostrar una faceta mas fuerte, de valentía y coraje para enfrentar una guerra o alguna situación decisiva.
Por alguna extraña razón durante este mismo tiempo, y en paralelo, se ha otorgado mayor énfasis en resaltar las grades proezas de personajes masculinos. Pero no por ello la participación de la mujer no existió, sino que no se dio a conocer.

Es por ello que hoy hemos elegido deidades femeninas para conocer más en profundidad las cualidades femeninas. En este caso nos referiremos a la mitología escandinava, más precisamente “Las Walkirias”, diosas guerreras cuya fuerza y belleza ha inspirado a los poetas de todos los tiempos y hasta el mismo Wagner fue conmovido por su mística a tal punto que les dedicó una opera, que luego pasaría a ser una de sus más famosas.

Mitología
Los germanos, aproximadamente 500 a.C., eran tribus guerreras por excelencia, si bien la mayoría de las mitologías nos hablan de pueblos guerreros se dice que los que más énfasis ponían en estos aspectos eran los vikingos, ningún otro pueblo era dado tanto a las guerras y a los combates como ellos. Para cualquier guerrero morir con honor en una batalla era la formas mas digna de morir, eso se repite en todos los pueblos, pero casi todos también concebían la muerte desde otros aspectos. Mientras que para los vikingos morir de viejos o por enfermedad era considerado deshonra, no había nada que otorgase mayor honor que morir en el fragor de una batalla, tanto para el guerrero en si, como para su familia. Y encontrar la muerte a edad temprana, y en combate, era lo que todo guerrero vikingo ansiaba desde pequeño.

Visión de la mujer guerrera Germana.
Las Walkirias son las ninfas y anfitrionas del palacio Valhala del dios Odin, dios principal de los germanos. Tenían categoría de semidiosas. Estas doncellas son enviadas y mensajeras del mismísimo dios Odin.
Son representadas con apariencia de muchachas que llevan plumas de cisne y pueden volar. Tienen predilección por las orillas de los lagos y el interior de los bosques solitarios, y pueden a voluntad recobrar forma humana o de cisne.
Se dice que en tiempos de paz bajan a la tierra, enviadas como emisarias de Odin, y vuelan majestuosas por el cielo, batiendo sus grandes alas, hasta lograr alcanzar su destino.
Suelen aparecer, para la batalla, cubiertas con casco, empuñando una lanza y montada sobre aéreos corceles blancos, de cuya crines caen gotas de roció en los valles, o granizo sobre los bosques. Son mujeres de gran altura, constitución fuerte, rasgos duros, y altamente atractivas.
Cuando la lucha comienza se dividen en dos bandos y se sitúan en lugares estratégicos donde Irán evaluando el comportamiento de los guerreros, para posteriormente elegir a los más valientes y trasportarlos al Valhall, también llamado: “el paraíso de los guerreros valerosos”, algunas versiones indican que la única forma de llegar al Valhall era utilizando el arco iris como calzada.
El guerrero que veía surgir de repente a su lado a una walkiria, brillante, magnifica, sabía que era la señal de que su muerte se acercaba y que le Valhall se abriría ante el.

Cuando las walkirias han acabado su misión, cuando han seleccionado a sus elegidos, regresan al Valhall, a todo galope e sus corceles mágicos, y anuncian al dios la llegada de sus nuevos compañeros. Luego de servir grandes banquetes y delicioso vino los combatientes se dirigían al patio de armas para continuar la lucha durante el resto del día. Y como se encontraban en un paraíso, sus heridas sanaban inmediatamente, en cuanto terminaba la batalla. Después de la lucha se ayudaban uno a uno a levantarse del suelo, se daban grandes y amigables abrazos, y volvía a celebrar todos juntos.

La más importante de las Walkirias
La más importante de todas las Walkirias es Freya, diosa del amor, la magia, y el liderazgo, fue elegida por Odin para liderar a las Walkirias. Era ella quien guiaba a las guerreras vikingas hacia el campo de batalla. Era la única que tenía la categoría de Diosa, y podía por su condición elegir a la mitad de los guerreros, tenía el honor de elegir a la mitad de las almas de los más valientes.

Otra de las Walkirias más nombrada, y de la cual se valió Wagner para su famosa opera: “Cabalgata de las Walkirias”, es Brunilda, quien desobedece a Odin y vuela lejos del Valhall junto a ocho Walkirias más. A causa de sus actos recibe castigos severos de parte del dios, quien la condena a: no volver jamás al Valhall, adoptar una vida terrestre, y a perder sus atributos como semidiosa.

Mensaje de su simbología
Las Walkirias simbolizan a la vez la embriaguez de los impulsos y la ternura de las recompensas, la muerte y la vida, el heroísmo y el reposo del guerrero. Representan la aventura del amor y de la vida, concebidos como una lucha, con sus alternancias de éxtasis y de caída. Quizás por ese motivo, por hablar en el lenguaje mítico de la continua lucha que supone el vivir y la ignorancia que siempre acompaña a los hombres acerca de nuestro destino, han superado la prueba del tiempo y siguen cabalgando por nuestra imaginación, insuflándonos igual valor que a los antiguos guerreros germanos ante las dificultades y pruebas de la vida.