¿Han muerto los Ideales?

MolinosVientoEstamos viviendo tiempos de muchas palabras y pocos conceptos o, en todo caso, conceptos formales, vacíos de contenido humano e histórico, conceptos que, a lo sumo, están adscritos a determinadas corrientes de moda de pensamiento tan cambiantes e inestables como el viento o como las olas.

Ultimamente he leído –aunque por suerte no demasiadas veces- que las ideologías son peligrosas y que el idealismo es una actitud superada por el hombre moderno.

Según estos criterios, las ideologías son peligrosas por cuanto no se detienen en la esfera del pensamiento y conllevan una forma de comportamiento. Pero, ¿qué idea que lo sea verdaderamente no anhela expresarse en hechos concretos? Aun la “anti-ideología” se plasma en hechos bien claros, generalmente derivados hacia el fanatismo y la intolerancia por todos los que no rechazan las ideologías…

Y el idealismo, ¿es una etapa superada por la humanidad actual, o no llega a manifestarse porque no tiene fuerza para oponerse a “lo aceptado”, a lo que goza del beneplácito corriente? ¿Es válido y beneficioso el cambio de actitud que se ha ido produciendo paulatinamente, y que ha ido canjeando el idealismo vital por un sistema más o menos organizado de supervivencia? ¿o por un vulgar afán de riquezas, de bienestar fundado en las posesiones materiales? Sin descartar esa forma de bienestar, ¿el poner el acento exclusivamente en ella, no constituye también una ideología anti – idealista, como si fuera una marca impuesta al consumidor?

¿Pueden las modas – y el temor a ser rechazado por las mayorías de moda- reemplazar las necesidades profundas del hombre, sus sueños y aspiraciones de lo Bueno, lo Bello y lo Justo, tan propias de la condición humana? ¿Puede el vacío de ideas trascendentes proporcionar la tan ansiada felicidad, la paz, la sencilla serenidad de una mente y un corazón tranquilos?

Decididamente, no. No, si no nos hemos olvidado de Vivir.

Puede que el idealismo, las nobles ambiciones de evolución individual y general, produzcan las zozobras lógicas de las esperanzas cumplidas o frustradas, de los éxitos y los fracasos, de lo fácil y lo difícil, de lo que llega y lo que parece inalcanzable. Pero también producen una felicidad más honda y duradera en cuanto responden a un deseo propio de la andadura humana. Y si no es así, que nos avisen cuando verdaderamente hayan muerto, sin resurrección posible, todos los ideales y todos los idealistas.

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«Campo de Criptana Molinos de Viento 1» por Lordes Cardenal bajo BY-SA 3.0