Invisibles

invisibles fotrografiaCaminando por una ciudad cualquiera en medio de pitos de autos, música estridente, conversaciones aquí y allá. Los conductores pisan cada vez más el acelerador no quieren detenerse aunque el semáforo este en rojo. Quienes van por la aceras no caminan, corren, esquivan aprisa obstáculos, personas, tiendas, vendedores; ya no hay tiempo. Todos corren, quieren llegar rápido. ¿A dónde? No sé.

Cae la tarde en la plaza, el sol comienza a bañar lentamente de color naranja cada una de las torres de la iglesia, allí te escucho con un fuerte chillido, tan característico de ti. Ese fuerte sonido que sólo las rapaces como tú saben hacer, ese que hace volar a todas las palomas del lugar. Miro hacia donde salió el sonido, te veo imponente, aferrada con tus garras cerca al campanario de la iglesia. Tu hermosa silueta es bañada por el sol de la tarde.

Sonrió para mí, bajo la mirada esperando y busco a mi alrededor esperando miles de rostros hacia ti, pero nadie te mira, nadie te oye. Todos tiene prisa, todos corren. Te volviste invisible como el hermoso atardecer que hoy contemplo. Te volviste invisible sin necesidad de una capa mágica ni gran tecnología. Te volviste invisible como muchas cosas, personas e instantes. Te volviste invisible como muchas virtudes, enseñanzas y vivencias.

Cada vez más la vida a nuestro alrededor se vuelve invisible cuando dejamos de estar atentos, cuando olvidamos escuchar, cuando la rutina nos alcanza, cuando cerramos nuestro corazón, cuando dejamos de soñar, cuando olvidamos por la prisa vivir cada día.

Perséfone

Escrito por

Antonio Russo

Imagen

Fotografía tomada por Marek Grote