Los mecenas de la filosofía nolana

mecena

Quién estudia en nuestros días, las obras de los famosos filósofos o artistas, cae en la cuenta de que a muy pocos de ellos, la fortuna les fue favorable; tanto que es muy difícil dedicarse al mismo tiempo, al arte o a las finanzas; aunque pocas veces se vio este sueño coronado por las gracias, puesto que ellas proveen todo. El nombre Mecenas, no es un nombre gratuito, es fruto de la función que desempeña el lenguaje en la “Magna Opera” del espíritu que no cesa de trabajar jamás. La tradición parte de la antigua Roma Imperial de los Cesares (esto en cuanto registro histórico), en el museo del Louvre de Paris aun se conserva un busto en mármol fino del famoso Cayo Clinio Mecenas, que fuera muy amigo del Emperador Augusto y conductor durante mucho tiempo de la política Romana. Mecenas fue gran amigo y protector de los grandes escritores, poetas y artistas de su tiempo ( Virgilio, Horacio, Propercio ..etc) hasta tal punto que su nombre ha venido a designar en todos los tiempos a los poderosos que patrocinan a los hombres de letras. Entre la numerosas poesías de Horacio dedicadas a Mecenas, uno de sus Epodos comienza: ¿”Cuando beberé contigo, siendo grato a Júpiter, oh dichoso Mecenas, en tu soberbia casa, el vino espumoso, reservado para los banquetes, a la gloria de César triunfador, al son acordado de la lira dórica y de la flauta Frigia”? fue en el periodo de Renacimiento Italiano, que este gesto altruista se coronó como un principio social, generando ejércitos de filántropos ávidos de participar en el curso melodioso de la historia universal, llena de hechos que inmortalizan las grandes hazañas del espíritu humano. Desde el siglo XIIII, hasta aproximadamente el 1600, una extraña fiebre espiritual envolvió, cual Hidra de Lerna, al mundo Italiano; esa Italia del Dante, Petrarca, Tassso, Bocaccio, Policiano,etc , Esta fiebre por rescatar e imitar la antigüedad clásica hizo que se buscara por todos los rincones de Europa , Oriente y además se excavaran en todos los antiguos emplazamientos de toda Italia, para recuperar lo que todavía restaba del mundo Greco-Latino. Se ven surgir entonces ejércitos de oficiosos copistas y aparecen nuevos oficios como el de los agentes culturales, al servicio de acaudalados, nobles y papas; ellos recorren monasterios, viejas abadías y bibliotecas publicas y privadas; se compran valiosos manuscritos y se copian textos en Griego y Latín para los grandes coleccionistas de todo lo que fuera clásico y antiguo. Poggio Braciolini un conocido erudito, empezó a publicar un catalogo sobre las antigüedades más requeridas y las que acababan de descubrirse.Petrarca es poeta, pero también Arqueólogo y es buscador compulsivo de manuscritos antiguos. También lo es quizá el mas famoso de este primer periodo, Aldo Manucio de Venecia quién comprometió todo su patrimonio editando literatura griega en el original ( editio aldinae prince),otro fue Nicolo de Nicoli que se había arruinado completando las obras de Cicerón pero al mismo tiempo recibía la ayuda benevolente de sus coetáneos; Bocaccioen este periodo ya ha realizado una primera traducción de la Iliada y la Odisea de Homero en lengua Latina. Pero sin duda quienes se han llevado todo el crédito han sido las famosas familias más distinguidas del segundo renacimiento, que va desde el 1500 al 1600 respectivamente. Los papas Julio II y León X, invirtieron inmensas sumas de oro en obras de Artes, además de apadrinar a grandes artistas en Roma como Leonardo da Vinci , Miguel Ángel , Rafael sandio de Urbino y tantos otros genios. La familia más famosa de este periodo es sin duda los Médicis de Florencia, estos acaudalados se hicieron nobles y tomaron el gobierno de Florencia a mediados del siglo XIV, Cosme de Medici llamado el viejo, descendía de una antigua familia de comerciantes llegados al final del medioevo a Italia; ellos tenían a su disposición los arquitectos más famosos, a pintores geniales y a eminentes hombres de letras.

A Cosme De Médicis se debe el mérito histórico de ser promotor de la fundación de la academia platónica en Florencia, a instancias del genial bizantino Giorgius Plethón y puso como cabeza de ella a Marsilio Ficino, un gran conocedor y traductor de las obras de Platón, Plotino, Porfirio; Ficino dirigió la Academia en Corregí en la afueras de Florencia, junto con otros grandes espíritus, allí se reunían Pico Della Mirándola, Ángelo Policiano, Sandro Boticelli, Vichi, Chistophoro Landino, el príncipe Lorenzo llamado el Magnífico,etc. Los Médicis gastaron enormes fortunas en construcciones que hoy son un patrimonio sin igual en el mundo; cabe citar también a las grandes familias Gonzaga, Zforza, Picolomini, los Borgias, los Montefeltro, etc. Este era el escenario que precedía a nuestro héroe y ese es el tamaño también de su genio.

Bruno creció oyendo, viendo y palpando estas famosas proezas del espíritu renacentista cuya fuerza expansiva tocó a todo el corazón de Italia. En este sentido Bruno es un hombre íntegramente renacentista, él está inmerso de la cultura clásica y aquello se refleja en todas sus obras cuyo sello de erudición demanda un profundo conocimiento de éste movimiento(sine quan non).

Por las circunstancias que le tocó vivir –sabio y errante – llegó a cautivar a hombres sensibles a las manifestaciones del genio bruniano; cabe citar al famoso rey Enrique III de Francia, a quién Bruno dedicara uno de sus bellos tratados mnemotécnicos “ De umbris idearum” al igual que al embajador por Francia en la Inglaterra isabelina de Londres le dedicara sus obras lulistas “ Ars Reminiscendi, explicatio triginta sigillorum y sigillus sigillorum”, Michael de Castelnau, quién le protegía en suelo prowwwante. citemos también a otro noble favorecedor de Bruno en la Corte Isabelina: Philips Sydney, a quien dedicó la mayor parte de sus diálogos en lengua italiana…”la cena delle ceneri; Del infinito universo et momdi; Spacio della bestia triunfante; Della causa, principio et uno; Cabsala del cavallo Pegaseo con l’aggiunta dell’asino cillenico; y De gli eroici furor.

Sydney era un noble poeta de la corte de Isabelina; la reina Isabel I que sin duda fue mecenas del Nolano, gozaba de una adoración casi delirante; ella promovió el Renacimiento en Inglaterra entre dos grandes espíritus : Francis Bacón y John Dee, héroes similares en espíritu y en forma a Bruno. Exhortamos a todos los potentados y poderosos del mundo, de sus ciudades y de sus pueblos a compartir juntos honrando la memoria de los santos, héroes y mártires del pensamiento; de continuar el culto espiritual de los mejores, tal como lo estableciera Plutarco de Queronea en sus Vidas Paralelas obra inmortal que exaltó al espíritu heroico de nuestros antepasados.

Escrito  por Enrique Bustamante

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Busto de Lorenzo de’ Medici por Verrocchio